Actualmente se ha “normalizado” que los niños presenten deficiencias en su comportamiento como falta de atención, aislamiento, agresividad, entre otras. Esto ocasiona problemas en el colegio y en casa.
Muchas personas desconocen que un gran porcentaje de estas conductas es ocasionada por una alimentación infantil deficiente. Desagraciadamente en gran parte la medicina, psicología y nutrición actual se desconoce lo que los alimentos causan a nivel intestinal, nutritivo y cerebral.
Azúcares, harinas, lácteos y alimentos procesados dañan a los niños pues causan enfermedades diabetes, obesidad, alergias, infecciones recurrentes y otros muchas enfermedades.
Pero eso no es todo, alteran su funcionamiento cerebral provocando estados mentales nocivos que provocan conductas insanas.
Como se ha demostrado en muchas investigaciones y como lo menciona la Pilar Mora PHD en su libro, el sistema de recompensa de cerebro trabaja con neurotransmisores que son controlados desde la flora intestinal y es esencial en cuanto a adicciones y conductas de refiere. Este mecanismo sirve para la supervivencia y adaptación de todas las personas, además de ser indispensable para sentir el placer de comer, socializar, hacer ejercicio, aprender y reír.
Cuando los neurotransmisores intestinales se han hecho adictos, el cerebro necesita la descarga que el alimento le da para sentir satisfacción. Un alimento adictivo crea esta circunstancia, es como si “secuestrara” el sistema de recompensa, creando dependencia. Ya nada da placer, nada satisface… sólo la adicción proporciona felicidad.
Así es como la mente está ligada a los alimentos, necesitando cada vez más descarga de dopamina.
Sabemos que una de las adiciones más fuertes es la del azúcar. Un niño con hábitos de consumo de este producto, seguramente será un gran consumidor de alcohol o, incluso, alcohólico. Las posibilidades de la adicción a las drogas aumentará. Además, sus conductas estarán regidas por esta adicción, los problemas de aprendizaje y socialización presentados durante la infancia no se van a corregir, todo lo contrario irán en aumento.

Es muy común recompensar a los niños con pasteles, dulces, paletas caramelos, y muchos padres realmente saben el problema que es tratar de quitarle estos alimentos a los niños (y ellos mismos, incluso, son incapaces de dejarlos). Vivimos sumergidos en un mundo que nos llena de azúcar, harinas y lácteos con la idea de que son “sanos” cuando la ciencia ha demostrado que no es así.
Es indispensable saber cómo funciona nuestro cuerpo y cómo el alimento nos afecta. Erradicar conductas nocivas durante la infancia es importante no sólo porque mejora la vida infantil, permite un crecimiento sano, evita conductas nocivas y permitirá una toma de decisiones clara.
En el libro MEISI podrá encontrar la información para mejorar la nutrición infantil lo que se verá reflejado no sólo en su salud, también en su aprendizaje, conducta y bienestar integral.
En el recetario de Cocina Transformativa encontrará una guía práctica para llevar a cabo esta metodología.