Lo que más nos gusta comer generalmente es lo que más daño nos hace. Con el paso del tiempo vamos creando hábitos alimenticios que son muy difíciles de erradicar debido no sólo al consumo de alimentos que por sí mismo son adictivos, como el gluten y algunos otros aminoácidos de los cereales, el azúcar y la caseína, sino también a que estamos alimentando a cierta flora intestinal que crece de forma desproporcionada y que es la que en realidad nos pide los alimentos que más nos gustan creando una “adicción” a los mismos.
Estas adicciones comienzan generalmente desde la infancia y tienen mucho que ver con los hábitos alimenticios de la familia. Es común observar también que hay una tendencia muy clara a que varios miembros de la familia presenten ciertos padecimientos tanto físico como mentales que no tienen una causa genética y que si lo analizamos tiene mucho que ver con la dieta de la familia. Es así como adicciones o hábitos alimenticios muy arraigados, difíciles de cambiar, se manifiestan como diabetes, problemas cardiacos, alergias, obesidad, etc.

Los alimentos a los que somos adictos en la edad adulta son los primeros que tienen que eliminarse para recobrar el equilibrio de la flora intestinal. La única manera de erradicarlos es dejar de consumirlos, lo que dará como resultado que la flora intestinal que los requiere se reduzca considerablemente y las sustancias tóxicas adictivas que generan se eliminen del organismo de forma paulatina. Para equilibrar tu flor intestinal debes seguir métodos eficientes de alimentación, estrategias que te ayuden a eliminar adicciones alimenticias en adultos de forma permanente, facilitando el equilibrio y bienestar tanto físico como mental, contribuyendo así, a tener un sistema digestivo sano, que genere buena salud y fortalezca el sistema inmunológico, porque el segundo cerebro de nuestro cuerpo es el sistema digestivo.